domingo, 6 de septiembre de 2009

Menos Lengua, menos Mates y más Ciudadanía





Un año más, comienza el curso. Con la misma puntual rutina que la tele nos anuncia los primeros fascículos de las más peregrinas colecciones, la Consejería de Educación nos anuncia nuevas maravillas pedagógicas y grandes inversiones. La amenaza de la Gripe A nos ha aguado un poco la fiesta. Pero, pasado el susto inicial, la estrella mediática es la dotación de ordenadores portátiles a los niños de 5º de Primaria. Paradójicamente el fracaso escolar aumenta año tras año igual que lo hacen las inversiones y los medios. Hay problemas que no se resuelven sólo con dinero.

Lo que no nos cuentan con el mismo énfasis es que esos niños de 5º, con sus flamantes netbook, van a tener a partir de este curso UNA HORA MENOS DE LENGUA Y UNA HORA MENOS DE MATEMÁTICAS que sus compañeros de 3º, 4º y 6º de Primaria.

¿Y con qué propósito se van a aligerar las dos asignaturas más importantes, las dos áreas de conocimiento (competencias básicas, en la jerga actual) en que más flojean nuestros escolares, según las estadísticas internacionales? Los responsables políticos privan a nuestros hijos de una hora semanal de Lengua y de una hora semanal de Mates para darles dos horas de “Educación para la Ciudadanía”, esa panacea laicista, ese bálsamo de Fierabrás que lo mismo vale para remediar la violencia escolar, que la pobreza mundial, que los embarazos juveniles, que el cambio climático. Ya lo dijo el presidente Zapatero en un alarde de ingenio y profundidad: “la libertad os hará verdaderos”, que pretende sustituir al cabo de dos mil años al tradicional “la verdad os hará libres”. Igual podría haber dicho “la ignorancia os hará más felices”, “ojos que no ven, corazón que no siente” o el castizo “a vivir, que son cuatro días”. Pues en ello están. Niños más lerdos, convenientemente alejados de la influencia moral de sus familias y con el adecuado adoctrinamiento estatal garantizan futuras generaciones de electores fácilmente manipulables.
  • Oiga, ¿y qué fue de aquellos padres objetores que tanta guerra dieron el curso pasado?
Pues verá, en enero el Tribunal Supremo puso muy cuesta arriba la objeción de conciencia con respaldo judicial explícito, al menos hasta que se pronuncien el Tribunal Constitucional o, llegado el caso, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Ante esta circunstancia algunos alumnos volvieron a clase de EpC, otros no. El temor a las consecuencias académicas doblegó a algunas familias con hijos en ESO y Bachillerato. Sin embargo en 5º de Primaria no existe esta amenaza, lo que puede animar a muchos padres a mantener su objeción de conciencia y a sus hijos fuera de la clase de EpC en este nuevo curso.

También a lo largo del año se ha puesto en evidencia, más si cabe, el talante del gobierno en materia de derechos y libertades públicas. El proyecto de ley de aborto libre, las amenazas a la objeción de conciencia de médicos y personal sanitario, la intención de llevar su modelo de sexualidad al colegio precisamente en el marco de EpC, el proyecto de ley de libertad religiosa… van escandalizando cada vez a más gente. Hoy se entiende mejor que hace un año que Educación para la Ciudadanía es sólo el cimiento en que basar todo un proyecto de ingeniería social cuyo desarrollo ya estamos viendo, entre lo trágico y lo grotesco y con menos disimulo,en la Venezuela de Chávez.

Este otoño se cumplen el 70º aniversario del inicio de la II Guerra Mundial y el 20º aniversario de la caída del muro de Berlín, dos hitos históricos que significaron la victoria de las democracias liberales occidentales sobre los totalitarismos más funestos que ha conocido nuestra civilización. Los escolares deberían conocer bien esa parte de la Historia para no volver a repetirla. Y los mayores deberíamos meditar cómo se pudo llegar a aquello. Eso sí sería Educación para la Ciudadanía democrática.

Manuel Martín. Presidente del Foro Ciudad Real en Libertad

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